Miles de toneladas de chatarra triturada procedente de fuentes tan diversas como automóviles o escombros de construcción llegan diariamente a las instalaciones de reciclaje de metales del centro de Inglaterra. La chatarra se procesa en materiales individuales y se vende allí. La mezcla de metales, plásticos y otros materiales pasa por un complejo laberinto de más de 100 cintas transportadoras, donde se clasifica de varias formas distintas: puede flotar en el agua o ser utilizada por imanes y robots.
Reciclado sostenible de metales
Pero éstas son sólo algunas de las nuevas tecnologías que utiliza European Metal Recycling (EMR). Se espera que los cambios en el enfoque mundial del ecologismo aumenten la demanda de metales, por lo que el reciclaje de éstos puede ayudar a reducir las emisiones de carbono y frenar la minería, según informa Reuters.
La multinacional familiar EMR inició su actividad hace ocho décadas con un negocio de chatarra. Ahora se centra en cómo reducir la necesidad de extraer y procesar metales, contribuyendo así a proteger el medio ambiente. Por ello, busca racionalizar y mejorar la rentabilidad de sus procesos.
Con la creciente demanda de tecnologías limpias, como coches eléctricos y paneles solares, cada vez preocupa más el impacto ambiental de la extracción y producción de los metales necesarios, desde el daño a la biodiversidad hasta el aumento de las emisiones. Algunos expertos del sector afirman que el reciclaje será cada vez más importante a medida que se intensifique la carrera mundial por conseguir minerales importantes y los países traten de asegurarse el suministro de metales importantes reduciendo al mismo tiempo la huella de carbono de su producción.
Futuro sostenible
En Europa, por ejemplo, entre el 40 y el 75 por ciento de los metales necesarios para las industrias de energías limpias, como los coches eléctricos y las turbinas eólicas, podrían proceder del reciclado en 2050. Pero el continente necesita aumentar la inversión en reciclaje y hacerlo más eficiente, según declaró el año pasado el grupo industrial Eurometaux.
El acero es el metal más utilizado del mundo, responsable de entre el siete y el nueve por ciento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2). Utilizar una tonelada de acero reciclado en lugar de producir acero nuevo evitará la emisión de 1,5 toneladas de CO2, la extracción de 1,4 toneladas de mineral de hierro, 740 kilogramos de carbón y 120 kilogramos de piedra caliza, según la ONG ecologista Bellona.
Mientras tanto, la investigación exhaustiva más reciente sobre las tasas de reciclaje de metales, publicada en 2011 en el Journal of Industrial Ecology, descubrió que solo 18 de los 60 metales estudiados tenían una tasa global de reciclaje superior al 50%.
EMR se fundó en la década de 1940 y en la actualidad cuenta con unas 160 plantas en Estados Unidos y Europa. La empresa invierte en investigación para recuperar el mayor número posible de materiales, lo que le permite generar más beneficios y verter menos residuos en los vertederos. Se trata de una práctica costosa y perjudicial para el medio ambiente. La empresa también está en conversaciones con fabricantes, como diseñadores de automóviles, para crear productos más fáciles de reciclar.
Un reto para los recicladores es la naturaleza de los materiales modernos utilizados en una serie de productos, desde teléfonos inteligentes a automóviles, porque son difíciles de desmontar y reciclar. Según un estudio realizado en 2021 por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y el fabricante estadounidense Ford, los coches modernos típicos contienen 76 elementos químicos diferentes.
Oportunidades y retos
Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), los procesos de reciclado de los metales tradicionales de titletitle, como el cobre y el aluminio, están más consolidados que el reciclado de los metales necesarios para la transición energética. Esto se aplica al litio y a los metales de tierras raras. Los metales de tierras raras se utilizan en bajas concentraciones en dispositivos de alta tecnología, como el neodimio para fabricar potentes imanes para coches eléctricos y turbinas eólicas. Muchos de estos metales son difíciles de separar de los materiales circundantes y requieren nuevas tecnologías de reciclado. Los expertos señalan que a menudo falta información sobre la cantidad de materiales utilizados en los productos y dónde se encuentran. Se trata de cuestiones fundamentales para el desarrollo del sector del reciclaje, afirman. Los expertos también señalan que es necesario desarrollar tecnologías y conocimientos de reciclado en el punto en que los productos han llegado al final de su vida útil. A menudo es en otro continente, lejos de donde se fabricaron y donde la gente entiende cómo se ensamblaron.
A corto plazo, el reciclado sólo desempeñará un pequeño papel a la hora de satisfacer la demanda de algunos metales como el litio, porque los productos que los contienen, como las baterías de iones de litio de los coches eléctricos, sólo están al principio de su ciclo de vida, afirma el investigador Jamie Speirs, del King’s College de Londres. Pero por ahora, dijo, una estricta normativa gubernamental puede garantizar el desarrollo de infraestructuras de reciclado. Un ejemplo de ello es el plomo, que tiene una de las tasas de reciclado más altas entre los metales gracias a las normativas diseñadas a nivel mundial para prevenir los problemas de salud asociados a las baterías de plomo-ácido, añadió Speirs.
Otro motor del crecimiento del reciclaje, según los analistas, son los precios que empresas como EMR pueden cobrar por los materiales reciclados y que pagan a quienes les suministran chatarra. Si el precio es alto, aumentará el reciclaje. ERM predice que las primas ecológicas harán que los metales reciclados sean más baratos, y en última instancia más rentables para las empresas, que la producción de metales nuevos.
Fuente: ČTK