La tasa de inflación en Estados Unidos cayó al cuatro por ciento en mayo y es la más baja en más de dos años. Así lo anunció hoy el Departamento de Trabajo de los Estados Unidos. La caída es un poco más pronunciada de lo que esperaban los analistas. En abril, la inflación se situó en el 4,9 por ciento. En términos intermensuales, los precios subieron un 0,1 por ciento, también mejor de lo esperado.
Estimaciones de los analistas
Los analistas de una encuesta de Reuters esperaban que la tasa de inflación de mayo cayera al 4,1 por ciento. Sobre una base intermensual, esperaban que el índice de precios al consumidor subiera un 0,2 por ciento.
Eso sitúa la inflación en EE. UU. en su nivel más bajo desde marzo de 2021. Comenzó a subir entonces, como lo ha hecho en muchos otros países, y en junio del año pasado había alcanzado el 9,1 por ciento. Esa fue la cifra más alta en 41 años, o desde noviembre de 1981.
Sin embargo, la llamada inflación subyacente, que no tiene en cuenta la volatilidad de los precios de la energía y los alimentos frescos, no es tan favorable. Cayó este mes de mayo, pero solo dos décimas de punto, hasta el 5,3 por ciento. En términos intermensuales, los precios básicos aumentaron un 0,4 por ciento, al mismo ritmo que el mes anterior. Ambas cifras están en línea con las estimaciones de los analistas.
El importante papel de los precios de la energía
Una caída del 3,6 por ciento en los precios de la energía ayudó a mantener el IPC al alza mes tras mes. Los precios de los alimentos subieron un 0,2 por ciento.
Sin embargo, el mayor contribuyente al aumento del índice general fue un aumento del 0,6 por ciento en los precios de la vivienda. Los costos relacionados con la vivienda representaron aproximadamente un tercio del peso del índice. Entre otros rubros, los precios de los vehículos usados aumentaron un 4,4 por ciento, igual que en abril. Los precios de los servicios de transporte subieron un 0,8 por ciento.
Fuente: Oficina de Prensa Checa
