A pesar del incesante crecimiento sólido de la economía hindú, la participación de las inversiones en el Producto Interno Bruto es relativamente baja. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), para mantener el dinamismo se requiere aumentar el nivel de las inversiones.
La economía de la India ha pasado por una etapa de varias reformas relativamente exitosas en el marco de la simplificación del sistema tributario, la desregulación de la actividad empresarial o el mejoramiento de la infraestructura. Estas medidas ya van dando sus frutos poco a poco, pero según estima la OCDE probablemente no serán suficientes para el futuro desarrollo del segundo país más poblado del mundo. La modernización es la tarea que la India debe cumplir también en la educación, el mejoramiento de los servicios públicos y creación de puestos de trabajo altamente calificado.
La India debería por tanto aumentar la participación de las inversiones en su Producto Interno Bruto, opina la OCDE. En comparación con las economías desarrolladas, la participación de las inversiones en el PIB de la India es relativamente alta (casi un 30 por ciento) pero entre los países emergentes se trata de un porcentaje más bien por debajo del promedio. De una manera notable, India se queda atrás no solamente de China, sino también de Indonesia. En estos últimos dos casos, la participación de las inversiones en el PIB es de más del 30 por ciento (en China incluso más del 40 por ciento).
El bajo nivel de inversiones ya tiene sus efectos en la economía hindú. La OCDE advierte especialmente ante el bajo nivel de empleo en sectores con un alto valor agregado, lo que origina entre otros también el estancamiento de las zonas rurales y las notables diferencias entre los ingresos de la población rural y urbana.