Las empresas multinacionales, dispuestas a ofrecer precios mucho más altos, acaparan la parte cada vez más grande de la cosecha de productores locales de cacao, marginalizando así a pequeños comerciantes de grano.
Los exportadores de grano de cacao en Costa de Márfil temen por su futuro, puesto que no están en la capacidad de competir con grandes empresas multinacionales que ofrecen a los productores primarios precios de acopio más altos. De esta manera, los comrciantes y exportadores pequeños y medianos se sienten cada vez más marginalizados del negocio.
Los fabricantes occidentales de chocolate como Lindt, Hershey o Ferrero están dispuestos a pagar más por los granos de cacao que cuenten con la certificación de Fairtrade. El problema es que por lo general son las grandes multinacionales como Cargill, Olam o Barry Callebaut las que suministran a las chocolateras la mayor parte de cacao con el sello de Fairtrade. Los exportadores marfileños no pueden competir con dichos precios y se encuentran prácticamente al borde de la quiebra.
Por un lado, es positivo que los productores primarios de grano de cacao de Costa de Márfil puedan acceder a mejores precios, pero por el otro la situación supone un considerable riesgo para el futuro. En caso de que se encuentren en una posición de plena dependencia de las multinacionales, los cultivadores de cacao llegarán a ser muy vulnerables. Según estimaciones del Consejo de Café y Cacao de Costa de Márfil, las pérdidas del sector a consecuencia de la quiebra de muchos comerciantes locales de cacao ascienden a casi 500 millones de dólares.