El precio del oro negro se acaba de desplomar en nada menos que un tercio lo que representa la caída más pronunciada desde la guerra en el Golfo Pérsico en 1991
La cousa del desplome son las discrepancias entre Arabia Saudita y Rusia en torno a las cuotas de extracción.
Debido al fracaso de las negociaciones el pasado fin de semana entre los países miembros de la OPEP y Rusia, en el mercado mundial de petróleo se originó un excedente que alcanza cerca de cuatro millones de barriles diarios. Arabia Saudita decidió aumentar la explotación y además ofrecer a los compradores descuentos en los suministros. A consecuencia, el precio de petróleo WTI y Brent, los tipos más vendidos, oscila actualmente en un rango entre 30 y 35 dólares por barril. Hace apenas un mes el precio de la materia prima llegaba a casi 60 dólares.
La pregunta que insinúa el abaratamiento del oro negro es – ¿quién al final ganará la guerra petrolera entre las potencias? ¿Rusia o Arabia Saudita que fue la que dio el primer disparo? Moscú se apresuró a declarar que es capaz de seguir suministrando sin mayores problemas el petróleo a 25 o 30 dólares durante seis o diez años. Riad por su parte respondió en sentido similar: la extracción a un precio de 30 dólares por barril seguirá rentable para el país. La producción de ambos países es comparable – doce millones de barriles diarios en Arabia Saudita y once millones en Rusia.
De todas maneras, la posición de Rusia parece ser más favorable. Para mantener la estabilidad fiscal, la Federación Rusa se puede permitir vender el petróleo a 40 dólares, mientras que Arabia Saudita necesitaría al menos ochenta. Al parecer, la controversia al final se resolverá a favor del país que esté dispuesto a dejar desangrar más sus presupuestos públicos.