La libra retrocedió a consecuencia de facores que fueron una combinación entre las cifras poco alentadoras sobre la actividad económica en Gran Bretaña y el creciente riesgo de implantación de las tasas de interés negativa spor parte del Bank of England.
La libra fue fuertemente afectada por el actual valor índice de gestores de compras (PMI por sus siglas en inglés) que mapea la actividad en los sectores clave de la economía nacional. En el mes de mayo, el PMI británico repitió su bajo nivel de abril que fue el resultado de las severas medidas iplantadas en el combate contra la epidemia del coronavirus. Al mismo tiempo, también bajó levemente la tasa de inflación lo que originó especulaciones sobre la posibilidad de reducción de las tasas básicas por parte del Bank of England.
En el ámbito del mercado financiero incluso aumentan rumores de que el banco central podría fijar sus tasas en territorio negativo con el fin de impulsar la economía del Reino Unido. Según coinciden los analistas, la decisión podría ser tomada aún durante el año en curso, con mayor probabilidad en sus últimas semanas. Los pronósticos se basan en las recientes declaraciones del gobernador del Bank of England, Andrew Bailey, quien supuestamente ya no se muestra tan desconfiado frente a las tasas negativas como lo hacía antes del brote de la crisis del coronavirus.
Hasta cierta medida una señal similar ha emitido también el mercado de títulos de deuda en el que el Gobierno británico por primera vez en la historia logró vender sus bonos con intereses negativos. Los activos denominados en libras se vuelven, por tanto, menos atractivos, empujado la libra a la baja.