Arabia Saudita fue este fin de semana el país anfitrión de la cumbre extraordinaria de los países del Grupo de los 20 (G20), convocada para debatir la emergencia de la epidemia del coronavirus. Pese al tema central, los debates al final terminaron por enfocarse en el polémico asunto de la tributación de las empresas de tecnología digital.
Es bien sabido que la visión que tienen Estados Unidos y Europa sobre el impuesto digital difiere de manera sustancial. Mientras que Estados Unidos exigen la creación de un sistema global para la tributación de grandes empresas de tecnología digital, los países europeos critican que dichas empresas, por lo general con sede en EE.UU., se benefician enormemente en Europa sin que sean sometidos al sistema fiscal local.
Al mismo tiempo, Europa considera insuficientes las tasas del impuesto digital que llegan procedentes de Estados Unidos. Mientras que EE.UU. prefiere una tributación reducida, Europa exige que el impuesto digital sea más alto. „Nuestros ciudadanos no pueden aceptar que sigan pagando impuestos en su actual nivel, mientras que las grandes corporaciones evaden la tributación,“ declaró el Ministro de Hacienda francés Bruno Le Maire. Es necesario conseguir un consenso antes de finalizar el año, en caso contrario amenaza un caos, dijo el ministro.
A la postura de Francia se sumó asimismo el Ministro de Hacienda japonés Taro Aso quien también sometió a duras críticas la propuesta estadounidense que, según el funcionario, socava la posibilidad de que los países coincidan en una solución conciliatoria. „Todo eso, entre otras cosas, deterioraría también el efecto regulatorio que, como esperamos, tenga la introducción del impuesto digital,“ señaló Taro Aso.