Alemania se convertirá en el primer país del mundo en abandonar la producción de energía tanto nuclear como la generada en base a la combustión de lignito. Las plantas eléctricas a carbón serán puestas fuera de servicio antes del año 2038.
La decisión de abandonar la combustión de lignito como fuente de energía fue anunciada por el Gobierno federal alemán en una conferencia de prensa celebrada el jueves. El motivo es la necesidad de cumplir los compromisos contraídos en el marco de la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2030. El abandono de carbón obligará a enormes inversiones en el sector de fuentes de energía renovables evaluadas a aproximadamente cuarenta mil millones euros en la próxima década.
„Alemania, una de las naciones económicamente más exitosas del mundo, ha decidido dar enérgicos pasos para salir de la era de fuentes fósiles de energía,“ explicó el ministro federal de Hacienda Olaf Scholz. Desde el punto de vista de la canciller alemana Angela Merkel se trata de un viraje en 180 grados. Al asumir por la última vez el cargo en 2017, la canciller se mostró escéptica afirmando que las metas climáticas son inalcanzables.
„Las debates antes de la toma de la decisión han sido muy duros,“ reconoció la ministra socialdemócrata de Medio Ambiente Svenja Schultze. „El resultado de los mismos es, sin embargo, un claro compromiso de convertirse en el primer país con economía libre de átomo y carbón. Se trata de una importante señal emitida al exterior,“ agregó la representante política. El produtor más importante de energía en Alemania, la empresa RWE, ya anunció en esta relación una reducción de su planta en seis mil puestos de trabajo antes de finalizarse esta década.