En respuesta a la reciente invasión turca en el norte de Siria, destacados funcionarios del Gobierno turco y algunos de los ministerios de ese país serían incluidos en la lista de sanciones, anunció el presidente estadounidense Donald Trump.
La rapidez con la que la administración estadounidense recurrió a la amenaza de sanciones demostraría una profunda decepción de muchos norteamericanos por haber retirado el apoyo a los kurdos.
Los recientes acontecimientos en el Cercano Oriente podrían llevar a un nuevo reagrupamiento de alianzas, especialmente en Siria. Los kurdos sirios ya han manifestado su consentimiento con aliarse al gobierno sirio, lo que podría impedir nuevas agresiones por parte de los turcos. Mientras que un conflicto abierto entre Turquía y Siria parece improbable debido a la asimetría en las fuerzas armadas de los dos países, sigue persistiendo la posiblidad de que las hostilidades asuman la forma de una guerra de guerrillas.
La reacción de Turquía de cara a las sanciones está aún por verse. El ataque turco fue motivado por el interés de repatriar a cerca de dos millones de refugiados a Siria. Para el gobierno turco resultaría muy humillante dar un paso atrás justamente en este momento. Al parecer, la situación llevaría en días próximos a un distancionamiento aún mayor de Turquía de sus aliados occidentales.