Según la Organización Internacional del Vino, la producción mundial de vino de este año será de entre 247 y 253,5 millones de hectolitros. Será menos que el año pasado, pero la demanda de vino crecerá. El resultado será su escasez y más caro.
La producción de vino de este año puede marcar la tercera disminución consecutiva. Podría estar más cerca de 2017, cuando se produjeron 248 millones de hectolitros de vino en todo el mundo, el nivel más bajo en 60 años, según la Organización Internacional del Vino.
Los principales culpables son la disminución de los rendimientos y la producción en Italia, España y Francia, los tres mayores proveedores de vino para el mercado global. La disminución de los rendimientos en estos países se debió principalmente al fuerte enfriamiento y al inicio de las heladas de primavera. Los enólogos franceses se quejaron entonces de las fuertes lluvias, granizo o moho que aplastaban los viñedos franceses.
Sin embargo, la demanda de vino está creciendo y, según el Director General de la Organización , Internacionaldel Vino, puede alcanzar un nivel pre-pandemia este año. Por lo tanto, la combinación de una oferta insuficiente y una demanda creciente debe dar lugar necesariamente a precios más altos del vino.
