Poco después de ser lanzada al mercado, la Libra, conocida anteriormente como Facebook Coin, se convirtió en objeto de frecuentes críticas por parte de los bancos centrales que temían que la nueva moneda digital podría amenazar la estabilidad del sistema financiero internacional. Sin embargo, según los recientes estudios del Sistema de la Reserva Federal (Fed), se pone de manifiesto que dichos temores carecen de fundamento.
Las procupaciones que en su tiempo suscitó el surgimiento de la Libra en tanto que una stablecoin global se han mostrado como exageradas sin fundamento, se señala en un reciente análisis del Fed. Los analistas del banco central de Estados Unidos basan su conclusión en un modelo que ponderó varios escenarios de evolución de la criptomoneda, entre ellos la hipótesis de que la Libra llegue a ser gradualmente una divisa universalmente aceptada. Se ha puesto de manifiesto que si bien la Libra se convirtiera en una moneda de amplia aceptación, probablemente nunca llegaría a ser tan dominante para poder superar el interés por las divisas tradicionales.
Desde el propio inicio, los críticos de la Libra advertían que su eventual expansión podría desestabilizar el actual sistema financiero basado en el llamado dinero por decreto, conocido entre los economistas como „fiat money“. Es que la Libra estaría respaldada justamente por las clásicas monedas de reserva y en comparación con ellas tendría hasta cierta medida una ventaja, ya que las actuales divisas convencionales carecen de cobertura como fue usual todavía en el siglo XIX en tiempos del patrón metálico. El Fed admite en su estudio que para una parte de la demanda existente en el mercado financiero, la Libra seguirá siendo un activo de notable atractividad.