Mientras algunos miembros del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo hablan ya de posibles subidas de los tipos de interés, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, se muestra mucho más cauta. El resultado es un debilitamiento del euro y un fortalecimiento del dólar.
«Si la inflación se mantiene alta, si el mercado laboral se mantiene fuerte y si vemos que la economía se recupera, entonces la dirección es clara: podemos intervenir antes de lo que habíamos previsto inicialmente», declaró a Reuters Martins Kazaks, gobernador del banco central de Letonia y miembro del consejo de gobierno del Banco Central Europeo.
Señaló el fin anticipado de la flexibilización cuantitativa que el BCE ha estado utilizando para apoyar la economía de la eurozona. Es, por tanto, el segundo miembro de la cúpula del BCE (después del holandés Klaas Knot) que habla del fin de la política monetaria extremadamente flexible del BCE.
Pero la presidenta del BCE, Christine Lagarde, hace los comentarios contrarios. Según ella, el BCE tiene señales de que la inflación podría estabilizarse pronto en el objetivo del 2%. Las declaraciones contradictorias de los directivos del BCE se reflejaron en el mercado del euro, que perdió un cuarto de punto frente al dólar. El dólar, por su parte, ganó un 0,14% frente a una cesta de divisas y es probable que siga fortaleciéndose.