La guerra comercial entre las dos economías más grandes del mundo sigue continuando. El ministro de Relaciones Exteriores chino dijo el martes que su país respondería bruscamente a las amenazas de Estados Unidos en cuanto al aumento de los aranceles.
El presidente Trump mencionó que podría llevarse a cabo otra ronda de aumentos de aranceles si no se pudiera alcanzar un consenso durante la próxima cumbre del G20 de este mes.
Según el gabinete de Trump, el precio de los productos chinos por un valor de al menos $ 300 mil millones dependerá de lo que suceda en la reunión entre los dos líderes en Osaka durante junio. A diferencia de la declaración de Donald Trump, la parte china aún no ha confirmado que su presidente Si Jinping asistirá a la cumbre.
Los inversores temen que las amenazas escandalosas de Trump puedan causar represalias chinas radicales, como colocar a las empresas estadounidenses en la lista negra o prohibir la exportación de metales preciosos (utilizados principalmente para producir chips de computadora, baterías y teléfonos móviles) a los Estados Unidos. Los funcionarios chinos dijeron que no querían prolongar la guerra comercial, pero tomarían medidas de represalia si Estados Unidos continuaría sus acciones.